El autismo es un término genérico que se utiliza para hacer referencia a los Trastornos del Espectro Autista (TEA). Los componentes de la Cátedra de Autismo no consideramos que el autismo sea un trastorno, por eso preferimos utilizar la palabra Condición o simplemente autismo. Las Condiciones del Espectro Autista (CEA) son un conjunto de alteraciones que afectan al neuro-desarrollo infantil.
La forma en la que estas alteraciones se manifiestan varía mucho de un niñ@ a otro, por eso se habla de un “espectro”. Existen, entonces, diferentes maneras en las que los síntomas de este tipo de trastorno aparecen, y la gravedad de los mismos varía de unos casos a otros.
Además, el autismo parece ser que es más común en niños que en niñas, aunque esta teoría se ha cuestionado recientemente, también tiene lugar por igual en cualquier grupo cultural y social.
¿Cómo ven el mundo las personas autistas?
Algunas personas con autismo afirman que el mundo les abruma y que esto les provoca ansiedad.
En particular, muestran dificultades en entender y relacionarse con otras personas y afrontar el día a día: ir a la escuela, al trabajo, o la vida social con su familia o amigos.
Pero, exactamente, ¿qué es lo que les resulta difícil?
¿Cuáles son las principales dificultades?
Las personas autistas muestran dificultades principalmente en: la comunicación, la interacción social y tienen intereses restringidoss y/o repetitivos.
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Comunicación. Dificultades en interpretar tanto el lenguaje verbal como el no verbal (como los gestos o los tonos de voz). Por tanto, pueden tener problemas al utilizar o entender:
- Expresiones faciales
- Tonos de voz
- Bromas
- Sarcasmo
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Interacción social. Las personas autistas tienen dificultades en reconocer y entender las intenciones y emociones de los otros y también en expresar sus propias emociones. Esto hace que “navegar” por el mundo social en el que vivimos les resulte muy complicado.
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Intereses restringidos y conductas repetitivas. El mundo puede resultar muy confuso e imprevisible para las personas autistas, que, a menudo, prefieren una rutina diaria en la cual puedan saber lo que pasará cada día y con la que se sientan seguros. Pueden ser muy rígidas y tener dificultades con la idea del "cambio". También presentan intereses restringidos.
Asímismo, es importante tener en cuenta las dificultades sensoriales: las personas con autismo pueden experimentar baja (hipo) o sobre (híper) sensibilidad ante los diferentes estímulos como por ejemplo, sonidos, olores, temperaturas o gustos.
¿Qué causa el autismo?
La causa exacta del autismo todavía se está investigando. Las investigaciones más recientes apuntan a una combinación de factores genéticos y factores ambientales. .
¿Se puede curar?
No existe una cura para el autismo ya que no es una enfermedad, sino un conjunto de condiciones que se manifiestan con diferentes características.
No obstante, sí que existen técnicas que han sido probadas como eficaces en la mejoría del desarrollo de habilidades y de la calidad de vida de las personas con autismo.
Recuerda: tu hij@ tiene una personalidad única, igual que cualquier otr@ niño. Por eso la expresión de esta condición en tu hij@, la sintomatología y sus capacidades presentes y futuras serán diferentes a las de otros niñ@s autistas.
¿Cuáles son las implicaciones para ahora y para el futuro?
Aunque parezca que no se quiera responder a la pregunta, la realidad es que cada niño y cada persona autistas tendrá habilidades y dificultades diferentes, por lo tanto, las implicaciones inmediatas y a largo término dependerán mucho de las características personales y de los apoyos e intervenciones a las que se pueda acceder.
Cuando el niñ@ es pequeño se recomienda empezar un programa de intervención especializada lo más pronto posible. Si la persona con autismo es un adolescente o un adulto, se tendrá que trabajar para facilitarle la inclusión en sus entornos escolares y/o laborales, teniendo como objetivo máximo la autonomía y el bienestar físico y emocional. Muchas entidades públicas y privadas, desde fundaciones hasta asociaciones de familias están luchando para que esto sea posible.
¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestro hij@?
No existen recetas, pero algunas recomendaciones generales serían:
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Buscar una asociación de familias para aprender y compartir experiencias y recursos
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Formarse, tanto a través de cursos específicos como de lecturas
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Hablarlo y buscar apoyo en vuestra familia y en vuestro entorno. Reconocer que tenéis un hijo/a único y diferente es el primer paso para poder superar los retos y para que vuestro hijo/a pueda mejorar
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Buscar momentos y espacios para que vosotros, como padres, podáis relajaros, hablar y reencontraros. Para poder ayudar a vuestro hijo/a, ¡primero tenéis que estar bien vosotros!
¿Qué tipo de escuela es el ideal para mi hijo?
Según los estudios no hay un tipo de escuela mejor que otro. Cada caso es único y cada familia se sentirá más cómoda en entornos y apoyos profesionales diferentes. No obstante, tanto los profesionales como las familias deberían luchar para conseguir entornos inclusivos donde todos los niños y niñas puedan sentirse atendidos y acojidos correctamente, independientemente de sus características y peculariedades personales.
¿Qué metodologías deberían utilizar los profesionales?
Metodologías que tengan un aval científico reconocido. Las Guías de las Buenas Prácticas recomiendan metodologías específicas que tienen un reconocimiento científico internacional.
Los profesionales tienen el deber de estar formados en estas metodologías y proporcionar objetivos concretos de trabajo a las familias. La formación a las familias es actualmente una de las vías más utilizadas para que estas se sientan con más herramientas y estrategias necesarias.
Mitos falsos sobre el autismo
Existen muchas creencias erróneas sobre las personas autistas:
- Son así porque sus padres no les quieren o porque no les han educado bien.
¡FALSO! El autismo es una alteración neurológica crónica que no tiene nada que ver con la crianza recibida. Los niños no pueden evitar las conductas que presentan, pero muchas de ellas se pueden modificar mediante las intervenciones adecuadas.
- Todos las personas autistas tienen retraso mental.
¡FALSO! Aunque en algunos casos pueden existir alteraciones cognitivas asociadas, hay personas autistas que tienen puntuaciones de coeficiente intelectual normales y algunos incluso superior a la mediana.
- Todas las personas autistas son muy inteligentes.
¡FALSO! Muchas veces los casos que se ven por televisión o en películas son de personas muy inteligentes o con altas capacidades en alguna área, pero esta no es la realidad de la mayoría de personas autistas. Nos encontramos con una gran variedad de coeficientes y de capacidades.
- No son capaces de comunicarse, no miran a los ojos, no sonríen ni responden a las muestras de afecto.
¡FALSO! Las habilidades sociales de las personas autistas se encuentran afectadas de manera variable y son diferentes en cada caso. Algunos niños se diagnostican más tarde, en la adolescencia o incluso después, ya que las alteraciones existentes son difíciles de percibir pues pueden presentar un lenguaje y un comportamiento adecuado. Además, las personas autistas presentan dificultades para interpretar y reconocer las emociones de los otros y, a veces, sus expresiones emocionales no se ajustan a las situaciones en las que tienen lugar y son diferentes a lo socialmente esperado. En cualquier caso, son sensibles a las muestras de amor y estima, y expresan sus sentimientos y sus preferencias , aunque, en ocasiones, lo hagan de una manera diferente al resto de niños de su edad.
- La causa del autismo está relacionado con la administración de vacunas, intolerancia alimentaria (gluten, caseína), o intoxicación por metales pesados (mercurio, plomo).
¡FALSO! Estas teorías no tienen aval científico y han sido totalmente refutadas.